Relatos de viaje
solo tienes lo que sabes...
Caminar, me llevará algún lugar…
Todo comienza por una casualidad, que me lleva a Trigana, Darién Colombiano. Después de estar unos meses en Sapzurro, conozco un niño de 12 años, al que le puse "MOWGLI" y me invita a conocer su aldea.
Empezar a caminar selva adentro donde no hay camino solo confianza en “Mowgli”, la quebrada es el camino y en contra de la corriente, trepar piedras.... siempre subir y subir, El clima comienza a cambiar, se torna más húmedo, cada vez más frío, deja de escucharse el mar y solo con el sonido del agua, los pasos y algo de brisa, vamos entrando a esta selva espesa. Luego de varias horas, llegamos a una comunidad bastante particular:
En el centro hay una gran cocina, es seca, no tiene acceso al agua, es al aire libre y tiene comedor grande, instrumentos musicales y una alacena seca en el segundo piso.
Me llama la atención que no es parte de una casa y de ella salen muchos caminos pequeños, "Mowgli" me explica que cada uno de ellos me llevará a una casa o varias en su defecto, pero debo ser invitada para poder ir. Al frente de la cocina hay un kiosco, el primer piso es un pequeño museo, tiene guacas indígenas, que ellos mismo han encontrado en sus jornadas de siembra; El segundo piso es vacío, piso de madera y largo, tiene una hamaca y unas canecas grandes azules que contienen colchones enrollados y mosquiteros, es un poco alto, pues se ven todas las copas de los árboles y se pierden en el horizonte como si fuera el mar, pero verde. La comunidad tiene este espacio para sus invitados pues tienen la costumbre de albergarlos ahí, porque la intimidad y cotidianidad de las casas no deben cambiar por un huésped, sea familiar, amigo o turista.
Los baños son letrinas y no hay luz o energía, solo el fuego.
Su medicina es con acupuntura.
Aran la tierra, frutas, verduras, especies, pescan, cultivan camarones, y hacen artesanía.
A la hora de cocinar tienen una manera particular de dividir el trabajo, un integrante cocina para todos hoy y el siguiente día otro integrante, pero de otra casa y así sucesivamente van dando la vuelta todos, cuando la comida está lista soplan un caracol, y por los caminos, comienzan a llegar desde todas partes, sea de las casas o de las zonas de arado, y cuando terminan de comer, usan los instrumentos para pasar un rato agradable.
El comer no es solo una acción sino un momento de socializar divertirse y descansar.
En ese sitio, particularmente después de unas semanas de estar allí, siendo parte de sus actividades, aprendiendo y conociendo al mismo tiempo, me dio una fiebre, tal vez el cambio de clima… tal vez no.
En el delirio febril, me voy a la primera casa de mi niñez, y con la acción de recorrerla con mi hombro por cada muro, le doy la vuelta. Luego de esta experiencia, me despierto totalmente aliviada y con energía para hacer cualquier cosa, solo que el día a terminado y yo estoy rodeada de monos en el kiosco, y apenas me muevo, ellos salen por las ventanas y desaparecen.
Es la primera vez que me da una sensación de estar tan lejos de casa y a la vez, tan cerca.
Triganá, Chocó. Colombia.
2008.
Ilustración fotográfica "Relato de Viaje"
Espacios recorridos...
Momentos ya transcurridos...
Dibujo Bitácora...
Darién Colombiano
Triganá, Chocó. Colombia.
Latitud 8.38333 Longitud-77.11667